Koko, el gorila que aprendió lenguaje de señas, muerta
Koko, el gorila que se volvió famosa por todo el mundo por sus habilidades de entender el inglés hablado y de hablar con lenguajes de señas ha muerto a la edad de 46.
Ella falleció el martes, 19 de junio mientras dormía. Eso es lo que dijo la Fundación Gorila en un anuncio oficial publicado en su sitio.
“Koko tocó las vidas de millones como una embajadora para todos los gorilas y un icono para la comunicación y empatía entre especies. Ella fue amada y será profundamente extrañada”, dijeron.
Koko era un gorila de las tierras bajas del oeste que llegó a este mundo el 4 de julio de 1971 en el zoológico de San Francisco. Una vez que cumplió un año, la Dra. Francine “Penny” Patterson comenzó a trabajar con ella y es cuando Koko comenzó a aprender el lenguaje de señas.
Todo el mundo se asombró por su capacidad tanto para el lenguaje como para la empatía, por lo que algunas personas incluso decidieron incluirla en varios documentales. Durante el pico de su fama, Koko incluso apareció dos veces en la portada de la popular revista de ciencias, National Geographic. La primera fue en octubre de 1978 y la segunda fue en enero de 1985. Además, el gorila se reunió con varias celebridades, incluyendo a Robin Williams, que estaba profundamente impresionado por ella.
La historia de Koko comenzó en 1971, cuando era sólo una niña y su madre la rechazó. La Dra. Patterson de la Universidad de Stanford vio esto como una gran oportunidad para ver si su idea de enseñar a un simio como Koko cómo hablar era posible o no.
A lo largo de los años siguientes, el gorila ya había aprendido más de 1.000 palabras diferentes en el lenguaje de señas americano y, según la Dra. Patterson, Koko fue capaz de hablar de varios temas, sobre el futuro, contar chistes e incluso para mentir.
Pero, aun así, con todas las pruebas aportadas por Patterson, la comunidad científica se ha mantenido escéptica y crítica con respecto a todas estas afirmaciones. Una de las principales razones por las que esto ocurrió está relacionada con la estrecha relación entre Koko y su entrenador y con el hecho de que Patterson no permitió que otros investigadores tuvieran acceso a este proyecto.
Koko también se hizo famosa por su amor y afecto por los gatitos y por considerarlos sus “mascotas”. Uno de los gatitos era conocido como All Ball.
La muerte de Koko termina un capítulo sobresaliente en el mundo científico y marca la pérdida de un icono genuino de la naturaleza salvaje.
“La fundación seguirá honrando el legado de Koko y avanzando nuestra misión con proyectos en curso, incluyendo los esfuerzos de conservación en África, el gran santuario de simios en Maui, y una aplicación de lenguaje de señas con Koko para beneficio tanto de los gorilas como de los niños”, mencionó la Fundación Gorila en su anuncio.